lunes, 24 de diciembre de 2012

Un relato de navidad


No me gusta la navidad. En general no me gusta diciembre. Se siente un ambiente de “paz” y “alegría” bastante fingido, bastante hipócrita. Claro que no siempre fue así, pero supongo que cuando se es  niño no se percibe la realidad, por lo menos no con la intensidad necesaria para… ¿comprenderla? Por lo menos acercarse un poco a esto, ya que a decir verdad es incomprensible. En fin, no me gusta mucho este mes, por ese falso ambiente. Mi familia no se lleva muy bien junta al parecer, cosa que me percate hace poco; aun así, y sospecho que más por una cuestión de tradición y apariencia, las festividades decembrinas se pasan en familia, lo que es de por si incomodo. ¿Al que no le gusta la sopa le sirven doble? Si que aplica para el caso, dos fiestas con diferencia de una semana. Un mes ajetreado donde se requiere mantener una fingida sonrisa con personas que incluso ni recuerdas; pero como es navidad, se visita hasta al primo del primo del primo del tío de tu padre que vive al otro extremo de la ciudad. Eso es navidad, el mes de acordarse de los olvidados, sonreír falsamente, gastar mucho dinero y mantener la mejor mascarada desarrollada en el año.
--Lindo cielo- escuche su voz a mi lado mientras imitaba mi posición, apoyando los antebrazos sobre el medio muro, recargando un poco el cuerpo en este, mientras miraba el firmamento- ¿qué hacemos aquí? – pregunto sin mirarme.
- No sé tu, yo sólo respiro
-¡tanto drama! – agrego en un tono burlesco mientras me daba un pequeño empujón con su hombro y su boca formaba una sonrisa. En respuesta me encogí un poco de hombros
-No es novedad- agregué
Se incorporo dejando el apoyo del muro. Mire sobre mi hombro mientras se acercaba al lavadero.
-cielo sin nubes para ver lindas estrellas- me hablo mientras recogía agua en una vasija de plástico- me parece un lindo regalo- siguió mientras yo volvia la vista hacia una titilante estrella a la que le veía cambiar de color. Escuche ruido de una bolsa y luego sus  pasos regresando. Coloco la vasija sobre el muro, y saco del bolsillo de su chaqueta uno de sus artilugios favoritos: en plástico se formaba una “c” del alfabeto élfico, terminando en uno de sus extremos con un aro de alambre enroscado, como los resortes, mientras que el otro lado apuntaba hacia este, y se conectaba con la proyección larga. Sumergió la parte del alambre en el agua jabonosa, se llevo el extremo del tubo plástico a los labios y soplo. El jabón se extendió un poco formando una pequeña cúpula sobre el alambre y luego desapareció en el aire.
-¡no ha salido!- se quejo mientras volvía a sumergirlo en el agua.
Sonreí y le observe mientras repetía el proceso.
-Ahí, ¡mira!- menciono mientras señalaba la burbuja que se deslizaba en el aire mientras caía hacia la oscuridad. Aún con la luz de la luna, se perdía con facilidad- haz una tu- me animo. Acepte tomando el instrumento, y soplé. Una pequeña burbuja se desprendió del extremo alambrado. Río a mi lado
- Que pequeña. Presta, haré una burbuja grandotota- menciono quitándome el instrumento para hacerlas. Tomo agua jabón y soplo, despacio pero constante
-Bien hecho- mencione cuando una gran burbuja empezó a descender hacia el campo vacio que colindaba con la espalda de la casa.
- A que no puedes superar esa- retó con una sonrisa
- Ciertamente, no lo creo
Arrugo el cejo ante mi poco espíritu competitivo
-No seas flojo- menciono a forma de regañina. Deje escapar una risilla mientras seguía con la vista la burbuja casi invisible.
-Con la práctica que tienes, no sacaré ninguna mejor- conteste
Trono en el cielo la explosión de un pirotécnico al tiempo que salpicaba con el verde luminoso el cielo oscuro
-Mira- exclamo con emoción mientras su índice señalaba hacia los juegos pirotécnicos que apenas iniciaban. Giré mi cabeza hacia la derecha, observando con detenimiento como era reemplazado el color verde ahora por estelas rojas y moradas. Observe la trayectoria de un pequeño punto encendido que subía, luego estallo dispersándose en el aire y con un cosquilleo se desprendieron ligeras chispitas doradas en el cielo- Waaaaao ¡que lindo!-menciono mientras miraba el cielo casi sin parpadear para no perderse nada. Sonreí sinceramente, al menos alguien disfrutaba de la navidad.
- Chicos, están quemando pólvora- escuche la voz de mi madre desde abajo.
-Gracias, lo vemos desde acá- respondí gritando para que pudiera oírme- desde la calle se ha de ver mejor- comente luego, ya que desde la posición actual las otras casas tapaban parte del espectáculo.
-¿Quieres que bajemos?
-Yo me quedo
-amargado- dictamino junto con una mirada rápida hacia mí para luego regresar a posarla sobre las explosiones de color en el cielo. Después de un revoloteo de chispas rojas, verdes y doradas volvió el silencio nocturno de la ciudad. Le escuche suspirar, consulto su reloj, hizo otra burbuja que salió acompañada de una segunda más pequeña.
- Han de estar por cenar. Mejor entramos, además hace algo de frío.
Asentí con la cabeza. Caminamos hacia la casa, despacio. Dejó la vasija con agua sobre el lavadero y guardo las manos en sus bolsillos. Me miro sonriendo ligeramente.
-Pareces en un funeral. Alégrate un poco ¿quieres?
-Haré mi mayor esfuerzo- aseguré- ¿vendrás a las doce?- Me miró con sorpresa y duda- Por favor.
No sé si fue la suplica que debió expresar mis ojos, o un mínimo deseo por realmente pasar otro rato conmigo, pero asintió con la cabeza
-doce y quince, lo prometo. Pero a cambio, escribirás algo de navidad, y tiene que ser alegre
-¿alegre?- repetí sin mucho ánimo- ¿qué tal bonito?- intenté negociar.
- No, alegre no es lo mismo que bonito. Puedes embellecer la más trágica muerte, así que lo que quiero es que sea alegre ¿vale?- Suspire- no te hagas de rogar, con lo bien que se te da, seguro lo logras fácilmente
La miré sin estar muy convencido
-Vale, lo intentaré
-Genial, y trata de disfrutar la noche, no puede resultar tan malo, sólo sonríe - me guiño el ojo- Te veo más tarde- La punta de su pequeña nariz fría rozo mi piel cuando me besó en la mejilla, sonrió con su característica alegría y se encamino por el pasillo, dando pequeños saltitos, para regresar abajo. Volví la vista hacia la luna
-Alegre- musite. Qué esperaba que escribiera, ¿sobre este mismo cielo  y este mismo lugar, la misma escena de hace minutos con un final en el que tomaba con suavidad su rostro y la besaba en los labios? Negué con la cabeza al darme cuenta de mis pensamientos.
Cerré la puerta de la terraza cuando entre de nuevo en casa. Guarde las manos en mis bolsillos mientras bajaba las escaleras. Parecía un bonito y feliz final de un pequeño relato…una alegre navidad, con ella presente todo es así: alegre.
-¿pero de qué vas?- susurre- es tu mejor amiga- me recordé. Sonreí al llegar al primer piso, donde familia y conocidos se encontraban reunidos, me uní a ellos escuchando sus conversaciones que poco me importaban mientras esperaba el tiempo pasará rápido….por lo menos hasta las 12:15 a.m. 

- Jeremy OlNi- 

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