sábado, 25 de diciembre de 2010

Hasta el amanecer

Hola:

Dejo aquí mi primer One; regalo de navidad para mi gemelis Lu.

HASTA EL AMANECER One. [TN/LL]


Se levantó de su cama en medio de la oscuridad. Se dirigió hasta la ventana, la cual abrió dejando que la brisa nocturna acariciara su torso desnudo y refrescara la habitación. Se apoyo en la ventana con sus codos mientras aspiraba el frío de la noche. Cerró sus ojos un instante sintiendo la caricia del viento que removía su castaño cabello, una caricia menos fría que su soledad. Abrió sus ojos lentamente, encontrándose con el manto oscuro reinante sobre su cabeza chispeado de pequeñas luces centelleantes en lo alto.

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Y en compañía de las estrellas, mi mente la invadió, sin que pudiera evitarlo, la imagen de ella; junto con una sonrisa involuntaria en mi rostro y un sentimiento que invade mi ser, un sentimiento que inquieta, incluso incomoda, y es que es angustiante, ¡desesperante el deseo insaciable!. Muchas son las mujeres que me han acompañado en mi lecho, pero siempre vuelve ella a mi mente, siempre regresa…y con ella el deseo. Un deseo que va más allá de lo físico y lo corporal.
Es el deseo de saciarme con su esencia, con su energía, sus ilusiones que iluminan sus celestes ojos y dominan mi mente. Ese deseo de tenerla siempre a mi lado, hablando, aprendiendo de su ser, conociéndola en sus infinitas características. El deseo de poseerle, de que me necesite, de habitar en su mente y sonría al recordarme, el deseo de entrar en su vida y no salir nunca de ella. Un deseo distinto a todo lo que he sentido, a todo lo que me inspira cualquier otro ser. Un deseo nuevo, de algún nombre desconocido para mí pero que me embarga y me domina, que ubica una calidez en mi pecho y los nervios en mi cuerpo cada vez que su sonrisa ilumina mi día.
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Se giró sin cerrar la ventana, y regreso a su cama. Se acostó de lado, con la vista clavada en el cielo que se divisaba a través del velo ondeante por la brisa. Y perdiéndose en el cielo espero… espero a que amaneciera, a que fuera un nuevo día, uno en el que podría verla de nuevo, conocerla un poco más y alimentar la imagen que guarda en su memoria

Finalmente amaneció.

Jeremy OlNi


jueves, 23 de diciembre de 2010

NOSTÁLGICA NAVIDAD


Hola a todos.
Despues de mi larga ausencia forzada, intentó regresar a activar este espacio. Hoy traigo un cuento corto que realize dentro del marco navideño. Espero sus comentarios con respecto a todo, el mejor regalo es la sinceridad, así que un "es horrible" estaria bien si lo creen y lo justifican eh!.
Bueno, me encanta escribir; aunque no soy muy buena en ello, así que cualquier sugerencia y comentario sera bienvenido. Sin más, la historia:

NOSTÁLGICA NAVIDAD

Afuera el ruido y la alegría inundaba las calles. La pólvora y la música eran audibles en toda la cuadra. Ella escuchaba, mientras su mirada se perdía en las luces navideñas que bailoteaban en el árbol erguido en su habitación. Ese año había tenido irremediablemente que abrirle espacio allí. En sus ojos oscuros se reflejaban aquellas luces, tan alegres como el ambiente reinante fuera de su casa. Sin embargo, era muy distinto el que habitaba en medio de la oscuridad de su cuarto, apenas iluminado por los pequeños leds de la extensión.
Suspiro, siguiendo sentada sobre su cama, con las piernas flexionadas hacia su pecho y rodeadas por sus brazos, y sus ojos perdidos en la tenue luz. Escucho el timbre de su casa, pero no se inmuto. De nuevo llamaron a la puerta, pero ignoro aquello; no quería celebraciones, no quería fingir una sonrisa, porque aunque en Nochebuena la alegría se respiraba en el aire, a ella simplemente le inundaba la nostalgia. Quien llamaba a su casa simplemente desistió, la chica pensó que se habría ido a celebrar con algunos de sus otros vecinos; después de todo, a esa persona ella no le importaba. No, quienes le importaban y a quienes ella le importaba estaban muy lejos de ese lugar. No se caracterizaba por ser egoísta, pero le molestaba la música, el ruido, las risas que traspasaban el cristal de su ventana y llegaba a sus oídos. Ni siquiera era egoísmo, era envidia lo que sentía…la envidia de no poder embargarse de su alegría, de compartir con una sonrisa sincera con la gente del barrio…como sí podía hace tiempo atrás.
Se acostó de lado, aún observando las luces, artificiales estrellas que le daban algo de esperanza. Una lágrima involuntaria rodo hasta perderse en su cabello. De pronto el sonido de aviso de su celular le alerto. Saco el aparato del bolsillo de su jean. La alerta se debía a un mensaje, le dio “abrir” para leerlo. Leyó, al tiempo que una sonrisa triste se dibujaba en su rostro. Entro el editor de texto donde escribió “Igual para ti” finalizando al oprimir “responder”. Dejo el móvil sobre la cama, cerca a su rostro iluminado por la luz de la pantalla hasta que esta se apago. Suspiro, levanto el edredón de su cama metiéndose debajo de este. Volvió sus ojos a las luces del árbol navideño
-Feliz Navidad…Pequeña Su.- susurro al acariciar el dije de una pequeña bailarina que colgaba de su pulsera. Cerró sus ojos, escuchando una nana que sonaba en su mente, aún por encima del perturbante ruido ajeno, y justo antes de perderse en la inconsciencia del sueño distinguió claramente una risilla infantil, una que conocía y añoraba; una que hace años había perdido de su vida, pero persistía en su recuerdo.
Jeremy OlNi